domingo, 21 de diciembre de 2008

Quiero mi soledad.

No Quiero Paz

No quiero paz, no hay paz,
quiero mi soledad.
Quiero mi corazón desnudo
para tirarlo a la calle,
quiero quedarme sordomudo.
Que nadie me visite,
que yo no mire a nadie,
y que si hay alguien, como yo, con asco,
que se lo trague.
Quiero mi soledad,
no quiero paz, no hay paz.

De Jaime Sabines.

Carta a Jorge

Hermano:
hay cuatro o cinco nombres obscuros
que sangran la poesía.
El exterminio asiste a los amantes.
Hay quien sin darse cuenta camina en el suicidio
como si visitara la muerte de un extraño.
El hombre dice polvo y soledad y angustia.
La esperanza, asustada, se refugia en los niños
y en los tontos
y en nosotros, los que todavía, por la gracia del verbo, somos desgraciados.
La tierra ignora, el hombre trata
de conocer, levanta la cabeza en que los ojos brillan.
Hermano: estoy enfermo, estamos
bebiendo diariamente vida y muerte mezcladas,
en nuestro pan hay piedras,
tenemos sucio el llanto,
acudimos a nuestro corazón como a una casa limpia,
pero tenemos que dormir sobre montones de basura
y cuando llega el día no podemos tomar leche al pie de la vaca
sino brebajes de perdición en manos de brujas.
Amanecer no es hoy darse cuenta del día.
La sangre a veces se congela en los ojos
que quieren ver el mundo.
Tu mano de amor se hará de piedra
si tratas de secar el llanto a tu vecino.
No hables, no escuches nada, no socorras,
no llames en tu auxilio,
que cada quien se ahogue bajo sus propios gritos,
en sus gestos de espanto para la mímica universal.
Hermano: tu desaliento no tiene sentido,
óyeme hablar de la primavera.
Yo siento a veces que los pulmones se me quiebran,
que la carne toda se me quiebra
igual que un vidrio golpeado por un martillo;
siento que alguien les aprieta el pescuezo a los pájaros dentro de las jaulas,
que alguien mete un perro y un gato en un costal,
que les dan con un mazo en la nuca a los corderos,
que degüellan niñas, juntándoles la cabeza a la espalda,
pero óyeme hablar de la primavera.
La miel se cosecha todavía en las bodegas
y en los libros. La ternura existe.
Vamos a morirnos cada quien en su sitio
calladamente. No hay que darle importancia.

De Jaime Sabines. Despierta Estas Muriendo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Serie La Forma del Cielo 6 .

Donde Habite el Olvido

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.


De Luis Cernuda.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Aquello que Aparece.

El secreto del niño
Que mira pasar al mundo
Por la alta ventana de la vida
Sabe que es la duración.

Oye los pasos de los días
Arrancar hacia el cieno de lo eterno
El futuro lo aguarda
Sabe que es la duración.

Mira y sonríe por que esta todo aquí
Al borde de la ventana vacía
El mundo escapa al mismo lugar
Sabe que es la duración.

Lo sabe en secreto
Lo sabe el niño y el mundo
Es realidad y sus ojos lo ven
Sabe que es la duración

No va a buscarlo a ningún cielo
Ni en sueños que encandilan
Al ángel de la noche
Sabe que es la duración.

Lo sabe y tiembla
Nadie va a despojarle
El brillo de su inocencia
El niño lo sabe
Sólo es la duración.


A Dario. Que no lo olvide.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Diario de un Seductor

No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.

De Leopoldo María Panero.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Terris Babel

La Babel

La forma del mundo era un gran plato
Girando en las aguas de los días.
Al centro del mundo estaba La Babel
Con todas sus espinas apuntando al cielo.

En el centro de La Babel estaría Dios
Un gigantesco ojo siempre abierto
Vigilando a la forma del mundo,
Ese gran plato girando hacia la noche.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Corazón mío, ¿Qué nos importan …?

Corazón mío, ¿Qué nos importan las capas de sangre y de brazas, y los mil crímenes, y los interminables gritos de rabia, esos llantos de cualquier infierno que derriban cualquier orden, y el Alquilón gimiendo aún sobre las ruinas, y venganza alguna? ¡Nada!... Mas, sí, a pesar de todo, ¡la deseamos! Industriales, príncipes, senados, ¡pereced! ¡Abajo el poder, la justicia, la historia! No lo debéis. ¡Sangre! ¡Sangre! ¡La llama dorada!

¡Espíritu mío, ejercítate en la guerra, en la venganza y el terror! Retorzámonos cuando nos muerdan: ¡Ah, pasad ya, repúblicas de este mundo! ¡Basta de emperadores, basta de regimientos, de colonos y de pueblos!

¿Quién revivirá los violentos torbellinos de fuego sino nosotros y aquellos que creemos hermanos? ¡Venid! Novelescos amigos: esto va a gustarnos. ¡Jamás trabajaremos, oh oleajes de fuegos!

Europa, Asia, América, desapareced de una vez. Nuestra marcha vengativa lo ha ocupado todo, ¡ciudades y campos! ¡Ah, nos aplastarán! ¡Estallarán los volcanes! Y el océano herido…

¡Oh, amigos míos! Corazón, te lo aseguro, son hermanos. Negros desconocidos: ¡si nos decidiéramos! ¡Vamos¡ ¡Vamos¡ ¡Maldición! Tiemblo al sentir que la vieja tierra se derrumba sobre mí, ¡cada vez más a vuestro lado!

De Arthur Rimbaud.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Al Silencio.

Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera,
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.

De Gonzalo Rojas.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Con uds. Henry Miller

Si deseaba la destrucción era...

Si deseaba la destrucción era meramente para que este ojo pudiera extinguirse. Deseaba un terremoto o un cataclismo de la naturaleza que precipitara el faro en el mar. Deseaba una metamorfosis, convertirme en un pez, en un leviatán, en un destructor. Quería que la tierra se abriera y que lo tragara todo en un monstruoso bostezo. Quería ver la ciudad enterrada profundamente en el fondo del mar. Deseaba sentarme en una cueva y leer a la luz de la vela. Quería que se extinguiera ese ojo, para poder tener la oportunidad de conocer mi propio cuerpo, mi propio deseo. Quería estar sólo durante mil años para poder meditar en todo lo que había visto y oído… y para olvidar. Quería algo de la tierra que no fuera producto del hombre, algo totalmente divorciado del hombre del que estaba harto. Quería algo puramente terrestre y absolutamente despojado de la idea. Quería sentir la sangre fluir dentro de mis venas, aun al costo de la aniquilación. Quería expulsar de mi organismo la piedra y la luz. Quería la oscura fecundidad de la naturaleza, el pozo profundo de la matriz, silencio, o si no el lamido de las oscuras aguas de la muerte. Quería pertenecer a esa noche que iluminaba el ojo cruel… noche adornada con estrellas y colas de cometas. Pertenecer a una noche tan terriblemente silenciosa, tan acabadamente incomprensible y elocuente al mismo tiempo. No más piedad, no más ternura. Ser hombre pero a la manera terrestre, como una planta o como un gusano o como un arroyo. Ser descompuesto, desposeído de la luz y de la piedra, variable como la molécula, durable como el átomo, sin corazón como la tierra.

De Henry Miller. Fragmento de Trópico de Capricornio.

En este momento...

En este momento todo es claro para mí, es claro que en esta lógica no hay redención, siendo la ciudad misma la más alta locura y todas y cada una de sus partes, orgánica e inorgánica, una expresión de esa misma locura. Me siento absurdo y humildemente grande, no como un megalómano, sino como una espora humana, como la esponja muerta de la vida, hinchada hasta la saturación. Ya no miro a los ojos de la mujer que tengo entre los brazos, sino que me dejo llevar a través de su cabeza y brazos y piernas, y veo que detrás de las órbitas de los ojos hay una región inexplorada, el mundo de las cosas futuras, y en ese mundo no hay la menor lógica, sólo la tranquila germinación de los sucesos que no se interrumpen ni de día ni de noche, por el ayer ni el mañana. El ojo acostumbrado a concentrarse sobre los puntos del espacio se concentra ahora en los puntos del tiempo; el ojo ve a voluntad para adelante y para atrás. El ojo que era el yo de sí mismo, ya no existe; ese ojo liberado de sí mismo ni revela ni ilumina. Corre a lo largo de la línea del horizonte, viajero eterno y ciego.

De Henry Miller. Fragmento de Trópico de Capricornio

miércoles, 22 de octubre de 2008

Esto Es Todo Lo Que Sé

Esto es todo lo que sé: los cuervos buscan mi boca,
las venas están aquí enmarañadas,
el mar está hecho de sangre

esto es todo lo que sé: las manos extendidas están buscando algo,
mis ojos están cerrados, mis oídos están cerrados,
el cielo rechaza mi grito

esto es todo lo que sé: los orificios de mi nariz chorrean sueños,
los perros saltan sobre nosotros, los locos se ríen,
el reloj cuenta los muertos con su tic-tac

esto es todo lo que sé: mis piernas siente dolor aquí,
mis palabras son menos que lirios, mis palabras están ahora atascadas:
los cuervos besan mi boca.

De Charles Bukowski.

lunes, 13 de octubre de 2008

Shirin Neshat

Breve Ensayo Acerca de lo Nombrado.

Se desvanecen las palabras en este continente de la vida, caen como trozos de nuestra humanidad incomunicable y desolada; espejo anverso de lo que no somos, de la brevedad que nos persiste en el aliento, exhalamos palabra tras palabra y sólo es, al fin, un mismo eco.
Llamamos a las cosas por un nombre que no es y nuestro propio nombre se asemeja a lo irreconocible.

sábado, 11 de octubre de 2008

407. Dios me creo para niño...

"Dios me creó para niño, y me mantuvo niño siempre. ¿Pero por qué permitio que la Vida me golpease y me quitase los juguetes, y me dejase solo en el recreo, arrugando con manos tan débiles el delantal azul sucio a fuerza de tantas lágrimas derramadas? ¿Si yo no podía vivir sino mimado, por qué me privaron del cariño? Ah, cada vez que veo en las calles un niño que llora, un niño exiliado de los otros, me duele, más que la tristeza del niño, el horror desprevenido de mi corazón exhausto. Me sufro con todo el peso de la vida sentida, y son mías las manos que retuercen la punta del delantal, mías las bocas torcidas por el llanto verdadero, mía la debilidad, mía la soledad, y las risas de la vida adulta que pasa me usan como luces de fósforos frotados en el estuche sensible de mi corazón."

De Bernardo Soares. "El libro del Desasosiego".

viernes, 3 de octubre de 2008

Maldigo del alto cielo.

Maldigo del alto cielo
La estrella con su reflejo
Maldigo los azulejos
Destellos del arroyuelo
Maldigo del bajo suelo
La piedra con su contorno
Maldigo el fuego del horno
Porque mi alma está de luto
Maldigo los estatutos
Del tiempo con su bochorno
Cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera
De los Andes y de la costa
Maldigo señor la angosta
Y larga faja de tierra
También la paz y la guerra
Lo franco y lo veleidoso
Maldigo lo perfumoso
Porque mi anhelo está muerto
Maldigo todo lo cierto
Y lo falso con lo dudoso
Cuánto será mi dolor.

Maldigo la primavera
Con sus jardines en flor
Y del otoño el color
Yo lo maldigo de veras
A la nube pasajera
La maldigo tanto y tanto
Porque me asiste un quebranto
Maldigo el invierno entero
Con el verano embustero
Maldigo profano y santo
Cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria
Figura de la bandera
Maldigo cualquier emblema
La venus y la araucaria
El trino de la canaria
El cosmos y sus planetas
La tierra y todas sus grietas
Porque me aqueja un pesar
Maldigo del ancho mar
Sus puertos y sus caletas
Cuánto será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje
Los valles y los desiertos
Maldigo muerto por muerto
Y al vivo de rey a paje
Al ave con su plumaje
Yo la maldigo a porfía
Las aulas, las sacristías
Porque me aflije un dolor
Maldigo el vocablo amor
Con toda su porquería
Cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco
Lo negro con lo amarillo
Obispos y monaguillos
Ministros y predicantes
Yo los maldigo llorando
Lo libre y lo prisionero
Lo dulce y lo pendenciero
Le pongo mi maldición
En griego y español
Por culpa de un traicionero
Cuánto será mi dolor.

De Violeta Parra.

martes, 30 de septiembre de 2008

¿adonde te has ido?

En silencio.

En silencio me levanto.
Muerdo el pan de
cada día, en silencio.

Abro las ventanas
(hoy estuvo nublado)
y en silencio las cierro.

Cansado de nada
vuelvo al mismo lecho
y sueño, en silencio,
una vida inexistente.

Aire y luz y tiempo y espacio.

Ya sabes, yo tenía una familia, un trabajo,
algo siempre estaba
en mi camino,
pero ahora
vendí mi casa, encontré este
sitio, un estudio amplio,
deberías ver qué espacio y qué luz.
Por primera vez en mi vida voy a tener el lugar
y el tiempo para
crear.

No, hijo, si vas a crear
vas a crear trabajando
16 horas por día en una mina de carbón
o
vas a crear en un cuarto pequeño con 3 niños
mientras estás
sin trabajo,
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de
tu cuerpo
destrozados.
vas a crear ciego,
mutilado,
demente,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera se estremece en terremotos,
bombardeos,
inundaciones y fuego.

Hijo, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con esto
y no crean nada
más que, quizás, una vida más larga
para encontrar nuevas
excusas para no hacerlo.


De Charles Bukowski. (Gracias, ¡maldito cabrón!)

sábado, 13 de septiembre de 2008

Darío.

Ambos lo sabemos Darío,
las aguas hacen el surco,
la luz levanta a la sombra,
que pronto será ese día.

Volviendo a lo que dije.

Ordeno mi biblioteca, mi discoteca, mi hemeroteca,
dejo de fumar, de tomar, de escupir en el suelo,
sales para el aparato digestivo, para el páncreas,
y al hígado lo dejo entre su caja, limito sus funciones,
me acuesto y me levanto como un gallo
en un país solar, gimnasia cada día,
y pienso en todo el mundo, nunca en mí.
(¿Ante quién te disculpas, pelotudo?)

De Antonio Cisneros.

martes, 9 de septiembre de 2008

La Secta del Cuchillo.

El Tango.

¿Dónde estarán? pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavía.

¿Dónde estará (repito) el malevaje
que fundo en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblacion
esla secta del cuchillo y del coraje?

¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?

Los busco en su leyenda, en la postrera
brasa que, a modo de una vaga rosa,
guarda algo de esa chusma valerosa
de los Corrales y de Balvanera.

¿Qué oscuros callejones o que yermo
del otro mundo habitará la dura
sombra de aquel que era una sombra oscura,
Muraña, ese cuchillo de Palermo?

¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
se apiaden) que en un puente de la vía,
mato a su hermano el Ñato, que debía
más muertes que él, y así asi igualo los tantos?

Una mitología de puñales
lentamente se anula en el olvido;
una canción de gesta se ha perdido
en sórdidas noticias policiales.

Hay otra brasa, otra candente rosa
de la ceniza que los guarda enteros;
ahi estan los soberbios cuchilleros
y el peso de la daga silenciosa.

Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el Tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.

En la música están, en el cordaje
de la lenta guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
la fiesta y la inocencia del coraje.

Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda,

en un instante que hoy emerge aislado,
sin antes ni después, contra el olvido,
y que tiene el sabor de lo perdido,
de lo perdido y lo recuperado.

En los acordes hay antiguas cosas:
El otro patio y la entrevista parra.
(Detrás de las paredes recelosas
el Sur guarda un puñal y una guitarra.)

Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía,

que sólo es tiempo. El tango crea un turbio
pasado irreal que de algún modo es cierto,
el recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una esquina del suburbio.

De Jorge Luis Borges. "El Otro El mismo".

sábado, 30 de agosto de 2008

XIII

Leve, leve, muy leve,
un viento muy leve pasa
y se va siempre muy leve.
Y no sé lo que pienso
ni procuro saberlo.

De Alberto Caeiro. "El Guardador de Rebaños."

jueves, 7 de agosto de 2008

Toter Christus de Hans Holbein



Yo Soy La Sangre.

Yo soy la sangre que manaba del precipicio de la existencia, soy la brújula y el desvarió de tantas jornadas de excesos y soberbia, yo he clavado mis palabras a la noche, en el insomnio del terror de una vida insignificante, paso tras paso se construye el extravió, paso tras paso vamos hundiendo esperanza y deseo. ¿Quien soy? ¡Oh Señor! Por que este sonido se me viene como suplica cuando vengo hasta ti, quien soy sino un extraviado en el sepulcro del padre, quien soy sino el errante que se adentra en el silencio de los muros del confín, …quien soy, sino el que te llama por tu nombre: ¡oh bestia insondable!, déjame abandonar este cuerpo de llagas, este desastre palpitante y doloroso, déjame caer en el cieno de mi conciencia que no te halla, que no te conoce, que no te descifra en el cielo bajo el signo del desolado, hunde la furia en esas gentes piadosas que desconocen el gozo de esta perversión, déjame clavar una daga de sangre en el ojo enorme de la noche, mientras cantamos la canción del amor traicionado.

Abridor de ojos.

Cuán semejante a un hombre, es el Hombre, que se levanta tarde
Y contempla los platos sucios de la cena
Y contempla las botellas, vacías también.Todo ello tragado durante el sordo «¿Cómo estás?» sin fin de la noche anterior
-Aunque un vaso contiene todavía un refresco espantoso-
Cuán semejante al Hombre es este hombre y su destino,
Aún borracho y tropezando entre los árboles amarillentos
Va a desayunar ron picado, sardinas y guisantes.

De Malcolm Lowry.

viernes, 1 de agosto de 2008

Respiro y diversidad.

Expuesto al dolor por demasiado tiempo
acabo harto,
de sufrir tanto,
y decido que me debo
una supervivencia; no es fácil:
decirte que tú
te mereces días mejores
después de la historia de tu pasado;
pero he visto a completos idiotas
seguir (por supuesto)
sin jamás considerar sus defectos;
a continuación dos tortugas se arrastran
por la tierra, palabras sucias arañadas
sobre sus espaldas…
pero apenas mejoran el horizonte.

de Madrigales de la pensión, Charles Bukowski.

lunes, 28 de julio de 2008

El turista.

Ya no está la noche del ángel
donde yo era un gato arañando la piel
del universo,
ni el grito brutal del camionero,
ni el silbido del peleador,
ni el ministro de los odios.
Todo lo que queda es este plan.
¿Para esto miles de botellas de licor
incendiaron mis entrañas?
¿O tantas veces acabaron y empezaron
mis orgasmos?
¿O se rieron mis risas?
¿Quién uso mis labios tantos años?
¿Y de que lloraron mis tontos llantos?
Todo, todo, todo:
los cuentos, los virus,
las galaxias, las drogas, los besos,
los libros.
Todo, todo, todo
para ver ahora estos árboles de video
con mis ojos de anteayer.

De Enrique Symns.

viernes, 25 de julio de 2008

Maestra.

Esbozos de Vertigo.

Lo que no puede expresarse en términos de mistica no merece ser vivido.
*
La amistad es incompatible con la verdad. De ahí que sólo sea fecundo el diálogo mudo con nuestros enemigos.
*
No se escribe porque se tenga algo que decir, sino porque se tienen ganas de decir algo.
*
Existir es un plagio.
*
La verdadera elegancia moral reside en el arte de disfrazar las victorias propias en derrotas.
*
Todas las concesiones que se hacen van acompañadas de un empobrecimiento interior del que no se es conciente en el momento.
*
Ser es estar acorralado.
*
No, el aire no me falta, pero no sé qué hacer con él, no entiendo por qué debo respirar...
*

¿Cómo saber si estamos en lo cierto? El criterio es simple: si los demás nos hacen el vacío no hay ninguna duda de que estamos más cerca de lo esencial que ellos.

De Emil Cioran.

sábado, 19 de julio de 2008

...de donde has llegado.

Una posa de donde has llegado.

Esta casa donde has nacido no es
sino un nido,
es una posa de donde has llegado,
es tu salida para este mundo;
aquí brotas y floreces...
tu propia tierra es otra.

Poema nahuatl.

lunes, 14 de julio de 2008

Ecce Homo

En calidad de huérfano nonato,
y en condición de eterno pordiosero,
aquí me tienes, Dios. Soy Blas de Otero,
que algunos llaman el mendigo ingrato.
Grima me da vivir, pasar el rato,
tanto valdría hacerme prisionero
de un sueño. Sí es que vivo porque muero,
¿a qué viene ser hombre o garabato?
Escucha cómo estoy, Dios de las ruinas.
Hecho un cristo, gritando en el vacío,
arrancando, con rabia, las espinas.
¡Piedad para este hombre abierto al frío!
¡Retira, oh Tú, tus manos asesinas-
no sé quién eres tú, siendo Dios Mío!

De Blas de Otero

viernes, 4 de julio de 2008

Credo in Deum

Romances sobre el Evangelio «In principio erat Verbum» acerca de la Sanctíssima Trinidad.

1.º
En el principio morava
el Verbo y en Dios vivía
en quien su felicidad
infinita posseýa.
El mismo Verbo Dios era
que el principio se dezía.
Él morava en el principio
y principio no tenía.
Él era el mismo principio
por eso dél carecía,
el Verbo se llama Hijo
que del principio nacía.
Hale siempre concevido
y siempre le concevía;
dale siempre su sustancia
y siempre se la tenía.
Y assí la gloria del Hijo
es la que en el Padre avía
y toda su gloria el Padre
en el Hijo posseýa.
Como amado en el amante
uno en otro residía,
y aquese amor que los une
en lo mismo convenía.
Con el uno y con el otro
en ygualdad y valía
tres Personas y un Amado
entre todos tres avía.
Y un amor en todas ellas
un amante los hazía,
y el amante es el amado
en que cada qual vivía.
Que el ser que los tres posseen
cada qual le posseýa
y cada qual dellos ama
a la que este ser tenía.
Este ser es cada una
y este solo las unía
en un inefable modo
que dezirse no savía.
Por lo qual era infinito
el amor que los unía
porque un solo amor tres tienen
que su esencia se dezía;
quel amor quanto más une
tanto más amor hazía.


Sor Juana Inés de la Cruz

domingo, 29 de junio de 2008

Saciedad de la Nada.

Descendió sobre nosotros la más profunda y la más mortal de las sequías de los siglos –la del conocimiento íntimo de la vacuidad de todos los esfuerzos y de la vanidad de todos los propósitos.

Alcancé la saciedad de la nada, la plenitud de ninguna cosa. Lo que me llevará al suicidio es un impulso como el que lleva a acostarse temprano. Tengo un sueño íntimo de todas intenciones.

Nada puede ya transformar mi vida. Si… si…Sí pero se es siempre una cosa que no aconteció; y si no aconteció, ¿para qué suponer lo que sería si fuese?


Extracto de "La educación del Estoico". Barón de Teive.

sábado, 21 de junio de 2008

Ezra Pound por Cartier-Bresson.

Ulteriores instrucciones.


Vamos, cantos míos, expresemos nuestras más bajas pasiones,
expresemos nuestras envidia por los hombres con empleo
permanente y ninguna preocupación por el futuro.

Sois muy ociosos, cantos míos,
temo que vais a acabar mal.

Os plantáis por las calles.
Haraganeáis en las esquinas y en las paradas de los autobuses,
no hacéis nada del todo.
Ni siquiera expresáis nuestras noble cualidades internas;
acabaréis muy mal.

¿Y yo? Me he vuelto medio loco.
Tanto os he hablado que casi ya os veo alrededor mío,
¡insolentes bestezuelas! ¡Sinvergüenzas! ¡Faltas de atavío!

Pero tú, canto, el más nuevo de todos,
aún no tienes edad para haber hecho mucho daño.
Te conseguiré una casaca verde en China
con dragones bordados en ella.
Te conseguiré los calzones de seda escarlata
de la estatua del Niño Jesús en Santa María Novella;
no vaya a se que digan que no tengo gusto
o que no hay sangre azul en la familia.

De Ezra Pound.

Este es el verso.

Te joden tu madre y tu padre.
Podrían no hacerlo, pero lo hacen.
Te llenan con los defectos que tenían
Y agregan algo extra, justo para ti.

Pero también ellos, en su momento, fueron jodidos
Por gente estúpida que usaban sombreros y abrigos pasados de moda,
Gente que la mitad del tiempo era sentimentalmente austera
Y la otra mitad, se agarraban del cuello.

El hombre le cede la miseria al hombre.
Y se hunde en las profundidades como una plataforma marina.
Sal de ahí lo más pronto posible.
Y tú mismo no tengas niños.

De Philip Larkin.
Tradución de Diana Dunkelberger y Marcelo Rioseco.

jueves, 12 de junio de 2008


El Hombre Espera.

El hombre espera
y sobre su espera el sol
quema su breve aliento,
los años pasan
y como un soplo la vida
se convierte en cenizas de lo eterno.
Con sed de todo
toma el camino inexistente
hace sombra,
su sombra es un recuerdo
el recuerdo un paisaje despoblado
y el paisaje un vacío
latiendo al fondo
como una ultima promesa.

El dolor por lo destruido.

Es necesario no escapar siempre a los terremotos. El dolor por lo destruido de un modo inmerecido y ciego es un dolor sin consuelo, y ninguna vida será suficientemente larga para asimilar del todo este dolor en el sedimento de lo familiar, que es lo que a uno le parece seguro.

Algunos se hacen sus propios terremotos, temperamentos atrevidos que están desgarrados por el miedo. Otros, como en el sueño, encuentran el camino que lleva a lugares amenazados, profetas que hablan en voz baja. Pero hay todavía víctimas que se aceptan en la violencia de su modo de vivir, que se marchan, se alejan, andan por el mundo hasta agotarse, hasta que la desgracia les acomete a ellos solos; y entonces para ellos todo ha terminado de un modo absurdo y sin sentido; sin sentido, es decir, sin testigos.

De Elías Canetti, La Provincia del Hombre.

jueves, 22 de mayo de 2008

DIOS

Se que pueden verme,
Se que están a la espera
Tras el espino en llamas,
Con los ojos hinchados
Por el resplandor.

domingo, 27 de abril de 2008

Con Ansia y Amargura

Con ansia y amargura, he intentado cosechar los frutos del cielo y no he podido. Se elevaban hacia no sé qué otro cielo cuando les tendía mis manos golosas de su abundancia.
Las ramas de las bóvedas se comban sobre las esperanzas de nuestras plegarias; cuando éstas callan, aquéllas pierden sus frutos.
Tampoco brotan flores en el cielo ni las vides dan fruto. Dios, como no tiene nada que guardar en su casa, de aburrimiento y enojo, deja yermos los jardines del hombre.
No, no; no es la visión de los astros lo que me deslumbrará. Bastante luz he perdido mendigando a las alturas. Harto de toda laya de cielos, he dejado mi alma a merced de los ornamentos del mundo.

De Emil Cioran, Brevario de los Vencidos. Tusquet

martes, 11 de marzo de 2008

Cuanto Puedas.

Si imposible es hacer tu vida como quieres,
Por lo menos esfuérzate
Cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca
En contacto excesivo con el mundo,
Con una excesiva frivolidad.

No la envilezcas
Con el trafago inútil
O en el necio vació
De la estupidez cotidiana,
Y al cabo te resulte un huésped inoportuno.

De Konstantinos Kavafis.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Miedo

Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.
Miedo a las tormentas eléctricas.
Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.
Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.
Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.
Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día termine con una nota triste.
Miedo a despertarme y ver que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.
Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado tiempo.
Miedo a la muerte.
Ya dije eso.

de Raymond Carver.

lunes, 7 de enero de 2008

Todo Este Tiempo Inútil

Todo este tiempo inútil
De pensar que las cosas son
O que serán distintas
Cuando las esperas.
Pero que es distinto entonces
A la espera de aquel día,
Que sea de otro modo,
Que sea mejor si se puede,
O tan solo que suceda,
Sea esto cierto o no lo sea.
Todo esto no importa,
Ni tampoco estas palabras,
Ni las tristes vacilaciones
Que ya quieren sosiego.
Un descanso y partir
Cuando no hay otra salida
En este tiempo inútil.