viernes, 23 de enero de 2009

La última conversación de Álvaro de Campos y Fernando Pessoa

Después empecé a querer descifrar la realidad, como si la realidad fuera descifrable, y llegó la desazón. Y con la desazón el nihilismo, después ya no he creido en nada, ni siquiera en mí mismo. Y hoy estoy aquí, en la cabecera de tu cama, como un trapo inútil, he hecho las maletas para ir a ninguna parte, y mi corazón es un recipiente vacío.

De Antonio Tabucchi. Los últimos días de Fernando Pessoa.

miércoles, 21 de enero de 2009

A los poetas de hoy

Decididamente intempestivo
Me dirijo a aquellos que creen saber
Algo distinto de los otros.
Aquellos que creen en sus
Especulaciones de piel y navajas,
En esos aromas miserables al pie
De los cipreses en la tarde callando.
A ellos que creen que lo saben
Que lo dicen en palabras turbulentas
Con acentos pragmáticos y agnósticos
…Pero es lo que ellos creen.
Y aunque no esta demás decirlo
A mi no me convencen
Aunque les aplaudo su cantata ebria
Mientras veo ponerse el sol
Allá al otro lado de la melodía.

jueves, 15 de enero de 2009

El breve recinto de la luz.

El instante

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
De espadas que los tártaros soñaron,
Dónde los fuertes muros que allanaron,
Dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
Erige el tiempo. Sucesión y engaño
Es la rutina del reloj. El año
No es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
De agonías, de luces, de cuidados;
El rostro que se mira en los gastados
Espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro cielo no esperes, ni otro infierno.

De Jorge Luis Borges. El otro el mismo.

miércoles, 14 de enero de 2009

Es inútil

Con hambre quedará si en esto queda...
Juan Boscán

Cada beso que doy, como un zarpazo
en el vacío, es carne olfateada
de Dios, hambre de dios, sed abrasada
en la trenzada hoguera de un abrazo.

Me pego a ti, me tiendo en tu regazo
como un náufrago atroz que gime y nada,
trago trozos de mar y agua rosada:
senos las olas son, suave el bandazo.

Se te quiebran los ojos y la vida.
Lloras sangre de Dios por una herida
que hace nacer, para el amor, la muerte.

¡Y es inútil pensar que nos unimos!
¡Es locura creer que pueda verte,
oh dios, abriendo, entre la sombra, limos!

De Blas de Otero.

miércoles, 7 de enero de 2009

Breve ensayo sobre la palabra.

Yo he visto a la palabra florecer
Sobre la llanura del silencio.
Le he visto girando sobre si misma
Aparecer y desaparecer en el instante
Con el temblor de unos labios
Intentando atrapar en su eco
A la espesura de la realidad.

Sólo las palabras

Ahora sólo tengo las palabras
Pero son tan distantes
Tan distintas de la vida
Son tan improbables sus latidos.
Pero sólo tengo las palabras
Con las que ahora nombro el dolor
Un dolor que de verdad siento.
Pero es tan ajena la forma
Con que duele ese sonido.
Pero sólo quedan las palabras
Lo demás es del silencio.