sábado, 1 de noviembre de 2008

En este momento...

En este momento todo es claro para mí, es claro que en esta lógica no hay redención, siendo la ciudad misma la más alta locura y todas y cada una de sus partes, orgánica e inorgánica, una expresión de esa misma locura. Me siento absurdo y humildemente grande, no como un megalómano, sino como una espora humana, como la esponja muerta de la vida, hinchada hasta la saturación. Ya no miro a los ojos de la mujer que tengo entre los brazos, sino que me dejo llevar a través de su cabeza y brazos y piernas, y veo que detrás de las órbitas de los ojos hay una región inexplorada, el mundo de las cosas futuras, y en ese mundo no hay la menor lógica, sólo la tranquila germinación de los sucesos que no se interrumpen ni de día ni de noche, por el ayer ni el mañana. El ojo acostumbrado a concentrarse sobre los puntos del espacio se concentra ahora en los puntos del tiempo; el ojo ve a voluntad para adelante y para atrás. El ojo que era el yo de sí mismo, ya no existe; ese ojo liberado de sí mismo ni revela ni ilumina. Corre a lo largo de la línea del horizonte, viajero eterno y ciego.

De Henry Miller. Fragmento de Trópico de Capricornio

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