jueves, 17 de septiembre de 2009

El monograma

Es temprano todavía en este mundo, me oyes
No han sido domesticados los monstruos, me oyes
Mi sangre perdida y el aguzado puñal
Que corre como carnero por los cielos
Y quiebra las ramas de las estrellas, me oyes
Soy yo, me oyes
Te amo, me oyes
Te tengo y te llevo y te visto
Con el blanco traje nupcial de Ofelia, me oyes
Dónde me dejas, adónde vas y quién, me oyes
Te toma de la mano por encima de los diluvios
Enormes lianas y lava de volcanes
Llegará el día, me oyes
En que nos entierren y miles de años después, me oyes
Nos convertirán en rocas brillantes, me oyes
Para que sobre ellas luzca la crueldad humana
Y en cinco mil añicos nos arrojará, me oyes
A las aguas uno-a-uno, me oyes
Mis amargos guijarros cuento, me oyes
Y es el tiempo una gran iglesia, me oyes
Donde a veces en las imágenes de los santos
Surgen lágrimas verdaderas, me oyes
Y las campanas abren en lo alto, me oyes
Un hondo pasaje que permita mi paso
Aguardan los ángeles con cirios y fúnebres salmos
No voy a ninguna parte, me oyes
O ninguno o los dos juntos, me oyes
Esta flor de la tormenta y, me oyes
Del amor
De una vez para siempre la cortamos, me oyes
Y no habrá de florecer de otra manera, me oyes
En otra tierra, en otra estrella, me oyes
No existe el suelo, no existe el mismo aire, me oyes
Que tocábamos, me oyes.
Y ningún jardinero tuvo la dicha en otros tiempos
Después de tanto invierno y tantos vientos fríos, me oyes
Que nazca una flor, sólo nosotros, me oyes
Levantamos toda una isla, me oyes
Con grutas y cabos y acantilados florecidos
Oye, oye
Quién habla a las aguas y quién llora - ¿oyes?
Quién busca al otro, quién grita - ¿oyes?
Soy yo que grito, soy yo que lloro, me oyes
Te amo, te amo, me oyes.

por Odiseas Elytis.

martes, 8 de septiembre de 2009

En las orillas de un sueño

En las orillas de un sueño viajo
tan sólo para encontrarme contigo
Pero si tú ya no me amas
por debajo de la tierra seguiré
hasta alcanzar las flores que me esperan
Qué desengaño, podré decir al cielo azul
Qué desengaño, me dirán todas las aguas.

Elicura Chihualaf.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Vere nuevos rostros...

Con el sol de los avellanos.

No creí nunca
Que vería brillar de nuevo a Venus
Sobre los techos lejanos del Regimiento
Ni que en la mañana
Reverdecieran los pasos de la infancia
Bajo esos pinos donde las ovejas lamen tiernamente el sol,
Ni que una voz adolescente
Me preguntara cómo se llaman las estrellas
A las que nunca me he preocupado de dar nombre.

Tú eres el mediodía misterioso
Del silencio de parque
Donde vemos luchar a un niño hace años con un ganso,
Allí el sol al abandonar los avellanos
Nos deja los relatos
De los muertos que amamos
Y se me reveló tu presencia
Con el mismo resplandor
Del hacha con que el amigo corta leña.

Alguien pasa silbando
Una canción que habla de nosotros.
Nunca me has preguntado qué será de nosotros:
Sólo me has preguntado el nombre de una estrella.

Junto a ti he sido quien debiera haber sido.

Jorge Teillier. De Los dominios perdidos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Para celebrar una nueva era.

Yo Señor de la Lluvia
abro todas las aguas y las junto
sobre los viejos techos de tu reino
Yo Señor de los Vientos
me resuelvo entre todas las ruinas de tu ingenio
inútil como un gallo apachurrado y muerto
Yo Señor de la Hoguera
torno en aceite paja brea carbón de piedra
el corazón de tus hijos
los mejores
Yo canto Yo danzo Yo nombro las cosas
para que ya no seas
para que sólo seas
un pedazo de hielo bajo el sol.

Antonio Cisneros. De Como higuera en un campo de golf.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Lectura.

Yo no hablo del sol, sino de la luna
que ilumina eternamente este poema
en donde una manada de niños corre perseguida por los lobos
y el verso entona un himno al pus.
Oh, amor impuro! Amor de las sílabas y de las letras
que destruyen el mundo, que lo alivian
de ser cierto, de estar ahí para nada,
como un arroyo
que no refleja mi imagen,
espejo del vampiro de aquel que, desde la página
va a chupar tu sangre, lector
y convertirla en lágrimas y en nada:
y a hacerte comulgar con el acero.

De Leopoldo María Panero.

martes, 11 de agosto de 2009

En la vispera de no partir nunca

En la víspera de no partir nunca
al menos no hay que acomodar maletas
ni hacer planos en papel,
con acompañamiento involuntario de olvidos,
para el partir aún libre del día siguiente.
No hay que hacer nada
en la víspera de no partir nunca.
¡Gran sosiego de que ya no haya ni de qué sentir sosiego!
Gran tranquilidad la que ni sabe encoger los hombros.
Por todo esto, el haber pensado todo
es el haber llegado deliberadamente a nada.
Gran alegría de no tener necesidad de ser alegre,
como una oportunidad girada del revés.
¡Hace cuántas veces vivo
la vida vegetativa del pensamiento!
Todos los días sin linea.
Sosiego, sí, sosiego... Gran tranquilidad...¡
Qué reposo, después de tantos viajes, físicos y psíquicos!
¡Qué placer ojear hacia las maletas mirando como hacia nada!
¡Dormita, alma, dormita! ¡Aprovecha, dormita! ¡Dormita!
¡Es poco el tiempo que tienes! ¡Dormita!
¡Es la víspera de no partir nunca!

Fernando Pessoa.

martes, 21 de julio de 2009

La provincia del hombre.

Lo llamaré P.

Lo llamaré P., el pavo real práctico, y por unos momentos voy a verlo todo con sus ojos.
P. quiere demoler todos los cementerios, le quitan demasiado espacio.
P. quiere destruir todos los archivos para que nadie sepa quién vivió antes.
P. suprime la clase de Historia.
P. no sabe bien qué hay que hacer con los apellidos, mantienen despierta la idea de los padres, abuelos y otros muertos por el estilo.
P. no tiene nada contra las herencias, se trata de cosas de utilidad, pero no deben estar relacionadas con los nombres de sus antiguos dueños.
P. va más allá todavía que el filósofo chino Mo-Tse: está en contra de los entierros en general y no solamente en contra de la pompa de que van acompañados.
P. quiere la Tierra para los vivos; ¡fuera muertos! Incluso la Luna, monda y lironda, le resulta demasiado buena para ellos; pero a modo de transición podría emplearse este satélite como cementerio. Todo lo que está muerto es lanzado de vez en cuando a la Luna. La Luna como estercolero y cementerio. ¿Monumentos? ¿Para qué? Desfiguran plazas y calles. P. odia a los muertos; el lugar que ellos cogen; se extienden por todas partes.
P. tiene solamente amadas jóvenes. A los primeros signos de debilitación las echa.
P. dice: «¿Fidelidad?». La fidelidad es peligrosa, termina entre los muertos.
P. va por donde puede precedido por un buen ejemplo e inventa formas de crueldad que ponen los pelos de punta.
P. censura un periódico: así tendría que ser. Sin esquelas mortuorias, sin notas necrológicas.

P. que es muy rico, compra todas las momias y las aniquila públicamente y con sus propias manos.
P. sin embargo, no es partidario de matar, sólo es partidario de matar a los muertos.
P. escribe una nueva Biblia adaptando la antigua a lo que él considera las finalidades modernas. Se interesa también por otros libros sagrados y los expurga todos según sus concepciones.
P. se viste de manera que nunca recuerde a los muertos.
P. no se permite que en su casa haya ningún objeto cuyo origen sea conocido por los muertos.

P. destruye todas las cartas y fotografías de personas muertas en el momento mismo de morir éstas.
P. inventa un arte de olvidar que tiene gran eficacia.
P. no visita a los enfermos más que cuando ya están curados. Para los moribundos hay lugares secretos que nadie conoce o personas encargadas de cuidarse de ellos.
P. opina que nuestro trato con los animales es como debe ser. Es sólo lo que se hace con animales domésticos muertos lo que él rechaza y combate.
P. reclama una reeducación de los médicos.
Las especiales oraciones de P. Hay rasgos en Dios que él aprueba. A Cristo lo toma por un farsante.
P. anda de otra manera, como si no supiera nada de muertos.
P. está convencido de que la mirada de un muerto nos deja apestados para siempre y de que jamás vamos a curarnos de esta peste.
P. asegura que no envejecerá nunca porque hace caso omiso de los muertos.

Elías Canetti. La provincia del hombre.

sábado, 11 de julio de 2009

Lamento por la gente de raf salinger

cuando raf salinger se enamoró o quiso de verdad
salió de sí como de un calabozo
brilló con propia luz
no tuvo tacha ni defecto ni mengua

como caballos como vacas al fin de la jornada
raf salinger vertía sus aguas en plena soledad
fulguró afuera como sol
no pálido de cárcel no en guerra

“cuidado que me lastimás” decía raf salinger
a los hombres de manos ásperas
que como niños están cubiertos de miel
pero le quitan la victoria el vencedor

“oh ángel que te inclinas en la primera mitad”
decía raf salinger furioso cavando
el viento que le envolvía la trasluz
o el revés de los días malos que le comían la verdad

“si el coraje consiste en ser prudente” decía raf salinger
“si los vestidos significan desnudez y miseria
dicha el llanto cadáver curación, te arde amor el odio” decía
con gran perdones finalmente

todas las ventanitas se cerraron
cuando raf salinger murió
un calor le creció entre amor y afuera
juntándole los dos al solito

“ah tiempos no distancias que hay entre mí
entre mi calor y mi sol” decía raf salinger
casi disuelto ya bajo la sombra
que le apagaba el hubo que vivir

sobre su gente subió el frecuente olvido
peor raf salinger viajaba abrigado
por un cuerpo desnudo encontrado o joven

Juan Gelman. Los poemas de sidney west.

domingo, 14 de junio de 2009

Ese lazo de los días no ha cesado.

¿Que hace el hombre?

¿Que hace un hombre
Que al levantarse en la mañana
Asoma la mirada al
Breve vacío de su ventana
Y haya el mismo mundo?

¿Que hace un hombre
Que toma su silencio
Con el cansancio del lenguaje
Y nombra al mismo mundo?

¿Que hace el hombre
Ante la puerta desnuda
De su morada desnuda
Y da unos pasos gastados
Hacia el mismo mundo?

¿Que hace ese hombre
Que semejante a si mismo
Desconoce su sentido
Y tiembla de saberlo y escapa
Hacia ese mismo mundo?

La cámara de sí mismo

Somos todos modernos,
desde la primera luz eléctrica,
desde la llama vacía del televisor.
Modernos, tan modernos
que al asomarse al espejo, preguntas
quien existe allá afuera,
quien allá al otro lado,
enfocando la cámara de sí mismo,
la lente orgánica de la emoción,
mientras el tiempo y
su trayectoria va escapando
hacia un lugar allá adelante,
allá más adelante,
allá donde no llegas nunca.

viernes, 29 de mayo de 2009

Todo este tiempo.

La vida sin fin

No tiene fin
la espléndida vida del mundo
no tiene fin su hermoso vivir
su hermoso respirar
sus hermosas criaturas sensibles
observando escuchando y pensando
riendo y bailando
suspirando y llorando
a través de las tardes sin fin
noches sin fin de amor y éxtasis
alegría y desesperanza
bebiendo y fumando
charlando cantando
en los Amsterdams sin fin
de la existencia de animadas
conversaciones sin fin
y de los cafés sin fin
en los cafés literarios de las mañanas de lluvia
sin fin las películas de la calle que pasan
en los automóviles en los tranvías del deseo
en las inagotables vías de la luz radiante
Sin fin el baile de las melenas
al ritmo sin aliento del punk rock
y de la música disco su aire en la cabeza
a través de las medianoches de la Vía Láctea
hasta los paraísos del amanecer
hablando fumando y pensando
de todo aquello que en la noche no tiene fin
en lo blanco de la noche la luz de la noche
Ah sí el vivir y amar no tienen fin
odiando y amando besando y matando
No tienen fin los latidos la respiración la procreación
la rueda de la vida de carnes
girando constantemente en el tiempo
Vida sin fin muerte sin fin
no tienen fin el aire y la respiración
Mundos sin fin
en los que los días nunca terminan
en las capitales del otoño
sus grandes avenidas de hojas en llamas
Sin fin los sueños y los cuerpos
en los que el sueño desovilla
las mangas tejidas de la ansiedad
los laberintos del pensamiento
las laberínticas ensoñaciones del amor
las espirales del deseo y su exageración
los innumerables finales de lo innombrable
Sin fin los cielos incendiados
sin fin el universo que gira
Mundo sobre una hoguera de hongos
No tiene fin el fuego que respira en nuestros cuerpos
tatuados comedores de fuego bailando en las plazas
tragando el aire incendiado de la gasolina
Valiente el corazón batiente de la vida llameante
sus pulsos compases y llamas apagadas
Sin fin los campos de los sentidos
los olores del deseo del amor
los maullidos de los gatos en celo
el aroma intenso de los sexos
El sonido de los que hacen el amor no tiene fin
el sonido de las camas chirriantes no tiene fin
el gemido de los amantes no tiene fin
escuchado en la noche a través de las paredes
Los gritos del éxtasis inacabables
las voces encendidas
en la última y perdida culminación
el ruido de las máquinas de música saltando
el fluir del jazz del esperma sus ritmos
difunden su energía en el paraíso
Y luego los intentos de fuga no tienen fin
huir de la náusea de Sartre
de las colinas peladas
donde se consumió la sensación
en el lento fuego del tiempo
de la alegría de vivir desesperanzada
de los barcos cargados de ilustración
de los barcos cargados de mierda
que aún flotan
en los infernales ríos de Caronte
codicias histerias paranoias
poluciones y perversiones
Sin fin l’homme revolté
en el anónimo rostro de la muerte
en las huellas del estado monstruo
No tiene fin sus visiones anárquicas
No tiene fin su alienación
No tiene fin su poesía alienada
tábano del estado
portador de la esencia de Eros
No tiene fin el sonido de la vida
del hombre que vive en la tierra
las audiciones radiales sin fin
las transmisiones de tv sin fin
No tienen fin
los rollos de papel en la rotativas
el fluir de las palabras y las imágenes
en las cintas de las máquinas de escribir
escritura automática y garabatos
sin fin los pòemes dictés por lo desconocido
sin fin los llamados telefónicos
hacia los confines de la tierra
y la espera de los amantes en las terminales
y el llanto de los pájaros en las terrazas
y el graznido constante de los cuervos en el cielo
y el multiplicado canto de los grillos
y los mares rugientes y las aguas gimientes
alzándose y cayendo sobre guijarros distantes
y las mareas lamedoras durante los Idus del otoño
beso salitroso de la creación
Infinitas las campanas del mar anunciándose
Más allá de las represas y los diques de la vida
y el repetido llamado de las campanas
en las iglesias vacías
en las torres del tiempo
Infinita la manifestación de calamidades
del barbado hombre santificado
No tiene fin
La cuerda del corazón del mundo
desenroscándose
resplandeciente en el tiempo
brillando a través del espacio
No tienen fin los cruceros turísticos
atravesándola barquitos pequeños en los canales infinitos
millones de ventanas en llamas en el atardecer
la ciudad quemándose con las sobras de la luz
los distritos de faroles rojos brillan y danzan
con pijas porno pijas de neón
y los vibradores que vibran sin descanso
en las piezas de edificios a medio derruir
Sin fin el movimiento de las mandíbulas
masticando las carnes de los sandwiches del deseo
los jugosos bifes anchos del amor
Sin fin los sueños y los orgasmos
ritos de fertilidad ritos de pasaje
y el vuelo de las aves fértiles
sobre los techos de las casas
y los huevos que caen en los nidos
en las vaginas sin fin
los intentos y tentaciones de la carne
en las habitaciones por hora del amor
donde canta la paloma golpeada
No tiene fin el nacimiento de las criaturas
en los sitios donde el amor y el deseo
han tomado aposento
Sin fin el dulce nacimiento de la conciencia
y sus amargas muertes en vano
Sin fin el marchitamiento
de las pieles las frutas efímeras fugaces
y las sirenas de neón
cantando unas a otras en alguna parte
Sin fin las leves variaciones
de lo absolutamente familiar
los fuegos de la juventud
las brasas de la ancianidad
la furia del poeta renacido
No tiene fin toda creación
en la danza muda de las moléculas
Todo se transmuta todo cae en el silencio
y todo gime llora una y otra vez
Sin fin la espera interminable
Dios y Godot
nunca terminan de llegar
No tienen fin las acciones los planes
los dilemas y las demoras
Absurda la espera que anula la acción
y desea que ya no existan las guerras
y desea la desaparición de los estados
Es inútil la espera que niega la acción
No tiene fin la lucha entre el bien y el mal
las cabriolas del destino los viajes del odio
sin fin la energía nuclear
la energía interna de la tierra
las reacciones en cadena sin fin
del fogonazo final
que fallan en sus intentos
mientras las Blancas Bicicletas de la protesta
circulan lentamente a su alrededor
Pues algún día estos dioses con rostros caninos
que calzan zapatos a la moda escarpines de Gucci
botas tejanas y sombreros de latón
y viven en bunkers
con muchos botones e interruptores
a su alcance
desaparecerán les llegará el fin
Pues lo que nunca tendrá fin
es la esperanzadora posibilidad
de elegir en nuestras encrucijadas
elección que aún no ha sido realizada
elegiremos
la iluminación de las mentes oscuras
los senderos de la gloria
los verdes gigantes de la casualidad
los anzuelos de la esperanza
en los pantanos del desaliento
las colinas en la distancia
los pájaros en los arbustos
los arroyos de la luz oculta
las melodías desconocidas
las sesiones del pensamiento dulce y silencioso
y las muertes felices de los corazones todos los días
y las pijas de barro
y los pies enfundados en zapatillas
recorriendo la bahía
Y es más
son infinitas las puertas
de la percepción que aún deben ser abiertas
y los potentes chorros de luz
en el elevado espíritu del hombre
en el espacio exterior muy dentro
nuestro en el Amsterdam del Ying y del Yang
Sin fin las rubaiatas sin fin las beatitudes
sin fin los shangrilas sin fin los nirvanas
sutras y mantras sin fin satoris y sensaras sin fin
Bodhiramas y Bodisatvas
Karmas y Karmapas
Sin fin las Shivas cantando danzando
en los humeantes vientres del éxtasis
Brillos trascendencia
penetrando la cristalina noche del tiempo
en el silencio sin fin del alma
en la larga y altisonante historia del hombre
en el sonido y la furia sin fin
significando todo
con sus alucinaciones sin fin
adoraciones e iluminaciones
y destrucción total
y erecciones e exhibiciones
fascismo y machismo
circos de las almas extraviadas
parques de diversión de la imaginación
Coney Islands
del poema sin mente sin fin
dictado por la voz individual
del inconsciente colectivo
ciego en las huellas del tiempo
En los últimos días de Alejandría
El día que precede a Waterloo
Los bailes prosiguen
En la noche se escuchan
los sonidos de una fiesta bulliciosa.

Lawrence Ferlinghetti. Amsterdam, julio 1980.

sábado, 16 de mayo de 2009

Era yo un pésimo poeta.

Sin embargo, era yo un pésimo poeta
Que no sabía ir hasta el fondo.
Tenía hambre
Y todos los días y todas las mujeres en los cafés y todos los vasos
Hubiera querido beberlos y romperlos
Y todos los escaparates y todas las calles
Y todas las casas y todas las vidas
Y todas las ruedas de los coches que giran en torbellino sobre los ruinosos empedrados
Hubiera querido hundirlas en una hoguera de espadas
Y hubiera querido triturar todos los huesos
Y arrancar todas las lenguas
Y licuar todos esos grandes cuerpos extraños y desnudos bajo sus vestidos enloquecedores…
Presentía la llegada del gran Cristo rojo de la revolución rusa…
Y el sol era una llaga maligna
Que se abría como una brasa.

Blaise Cendrars. Extracto "Prosa del transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia".

miércoles, 29 de abril de 2009


Mona Kuhn

Oración del desamparo

¿Señor por que todo este dolor?
Dicen los otros
sobre las asoladas islas del averno,
señor donde esta el hogar que prometiste,
ya vagamos encendidos
por la fiebre de las tierras más odiadas,
entre mares oscuros
que se ocultan a la noche.

¿Señor por que todo este dolor
en la sangre de mi raza?,
ahora pregunto.
Ya el cansancio es nuestro pan
y la fe nos abandona
entre tempestades y horizonte.

Es tierra del fuego, dicen,
el fin del mundo
y los ojos cansados
no ven más que desierto.

Adonde hemos de partir ahora
que el rumbo se ha deshecho,
adonde parirán sus hijos las mujeres
si la sal ha penetrado el vientre.

No es este nuestro tiempo,
seria una respuesta
o acaso este el confín.

Eco y Abismo

Me he creado eco y abismo, pensando. Me he multiplicado profundizándome. El más pequeño episodio —una alteración que sale de la luz, la caída enrollada de una hoja seca, el pétalo que se despega amarillecido, la voz del otro lado del muro o los pasos de quien la dice junto a los de quien la debe escuchar, el portón entreabierto de la quinta vieja, el patio que se abre con un arco de las casas aglomeradas a la luz de la luna—, todas estas cosas, que no me pertenecen, me prenden la meditación sensible con lazos de resonancia y de añoranza. En cada una de esas sensaciones soy otro, me renuevo dolorosamente en cada impresión indefinida.
Vivo de impresiones que no me pertenecen, perdulario de renuncias, otro en el modo como soy yo.

Fernando Pessoa. Libro del Desasosiego.

lunes, 20 de abril de 2009

La poesía es una fuerza destructiva

La desgracia es
no tener en verdad nada.
Es tener o nada.

Es algo para tener,
un león, un toro en su pecho,
sentirla respirar allí.

El corazón, perro fornido,
toro joven, oso rabiando,
prueba la sangre de ellos, no la escupe.

Es como un hombre
en el cuerpo de una bestia violenta.
Sus músculos son los de él…

Wallace Stevens.

El hombre de nieve

Se debe poseer un espíritu de invierno
para observar la escarcha y las ramas
de los pinos encostrados de nieve;

y haber tenido frío durante largo tiempo
para contemplar los enebros erizados de hielo,
los rudos abetos en el distante resplandor

del sol de enero; y no pensar
en ningún dolor en el sonido del viento,
en el rumor de unas pocas hojas,

que es la voz de la tierra
llena del mismo viento
que sopla en el mismo desnudo paraje

para el que escucha, el que escucha en la nieve,
y, nada en sí mismo, contempla
esa nada que no está allí y la nada que está.

Wallace Stevens

martes, 31 de marzo de 2009

A Cristo En El Matadero

Cuando hablaste
del amor y repartías
la paz y los pescados,
se acercaban
para amarte, Señor
amable y sabio.
Un buen día, aburridos
de milagros,
hartos de caminatas,
decidieron
cambiar tu cabellera
y tus sandalias
por unos cuantos reales.
Lleno de clavos
tu cuerpo fue enterrado
junto al vientre
de las ratas. Tus palabras
se hicieron estropajos,
tambores pellejudos
que anuncian
negocios y matanzas.

Antonio Cisneros. Comentarios Reales.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Buscando una palabra semejante a la calma

Pero que difícil es cuando el alma es vela que se apaga,
cuando se ha vaciado el eco que hace el gemido
después del llanto, del llanto por uno, por los otros,
por todos nosotros que no lo sabemos y nos ahogamos
con el breve aire que tragamos sin saberlo.
Buscando una palabra semejante a la calma,
Pero como asusta la vida, la vida de uno, la de los otros,
la de todos nosotros que la desconocemos.

viernes, 20 de marzo de 2009

"Quien toca este libro, toca a un hombre"
Walt Whitman.

Uno de Whitman

17.

Éstos son realmente los pensamientos de todos los
hombres en toda época y país, no son originales míos,
si no son vuestros tanto como míos nada o casi nada son,
si no son el enigma y la solución del enigma nada son,
si no están tan cercanos como remotos, nada son.

Esta es la hierba que crece dondequiera haya tierra y haya agua,
este es el aire común que baña el globo.

Walt Whitman. Canto de mí mismo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Canción inconclusa

Siento en mi la nostalgia de aquello que no he vivido, lo que no a sucedido ni sucederá, una angustia de ser ese que no ha podido ser, árbol podado, puente que no llega a la otra orilla, viaje inconcluso hacia ninguna parte.
Porque no paso de ser un sueño que se desvanece, noche tras noche para llegar a ser lo que no ha sido, carne extraviada, vida que no es mía, palabras que son mentira.
¿Por qué olvido el espejo? ¿Por qué no he vuelto la vista? ¿Adónde fui a parar?
Porque todo, todo, no ha pasado de ser un gran error. Si tan sólo supiéramos vivir.

A Avelino, que me disculpe por no llegar.

martes, 17 de febrero de 2009

La noche del lobo.

Descendemos indefensos por el aire
Ebrios de un mundo en desamparo
Perdidos como luciérnagas
En la noche del lobo.
En la humedad de sus fauces
Dormimos bajo el santo fuego
Del conjuro salvaje de la luna.
Dios nos mira con su único ojo
De nada ya sirve su resplandor.

A ti, en este día que has de iluminar, a pesar de tu extravío.

sábado, 14 de febrero de 2009

Chicas tranquilas y limpias con lindos vestidos

Todas las que conozco son putas, ex-putas,
locas. Veo hombres con mujeres
tranquilas, amables, los veo en los supermercados,
los veo caminando por las calles juntos,
los veo en sus departamentos: gente
en paz, viviendo juntos. Sé que su paz
sólo es parcial, pero hay paz,
a menudo horas y días de paz.
Todas las que he conocido son adictas a las pastillas,
alcohólicas, putas, ex-putas, locas.
Cuando una se va
llega otra
peor que la anterior.
Veo tantos hombres con chicas tranquilas y limpias
bien vestidas
chicas con caras que no son lobunas
o predatórias.
"No traigan más una puta por acá", les digo a
mis pocos amigos, " me voy a enamorar de una"
"No podrías estar con una buena mujer, Bukowski".
Necesito una buena mujer,
necesito una buena mujer,
más de lo que necesito esta máquina de escribir,
más de lo que necesito a mi auto, más
de lo que necesito a Mozart.
Necesito tanto una buena mujer que
puedo saborearla en el aire, puedo sentirla
en la punta de mis dedos,
puedo ver veredas construidas
para que sus pies caminen,
puedo ver almohadas para su cabeza,
puedo sentir mi risa que espera,
puedo verla acariciando un gato,
puedo verla durmiendo,
puedo ver sus pantuflas en el piso.
Sé que existe
pero, ¿Dónde está ella en esta tierra
mientras las putas continúan llegando?

Charles Bukowski.

jueves, 5 de febrero de 2009

agua llanto lluvia o río necesita

Lamento por el llanto de sim simmons

una mañana de otoño sim simmons
se levantó sin ojos como caídos a favor de la estación
“pero no importa” dijo
y se alisaba la memoria

“no importa realmente no importa” decía sim simmons
poniéndose árboles vacíos en las cuencas
a los que alimentó con estampidos
gritos olvidos silenciosas partes

nocturnos insectos portadores de muerte
rondaban por los árboles
“no importa” decía sim
desplegando sus tiernas alas

y volando todo alrededor del cielo
“si fuese una nube” decía “si fuese un halcón o catástrofe
lo que me come el corazón” decía
“te apagaste paloma” decía sim simmons sin llorar

“no tengo ojos para llorar” decía “y sin embargo debiera”
decía recordando que todo vegetal,
agua llanto lluvia o río necesita
para abrigar un tierno nido

así que sim simmons se puso a llorar
los árboles se le volaron
y otra vez tuvo ojos para mirar o ver o sufrir
y llorar sin dar comida a nadie

“me lo merezco” decía sim simmons tarde
“me lo merezco mucho” decía con los ojos ya secos
duros brillantes como sol
bajo la tierra de Alabama

dos ríos nacieron donde lo enterraron
uno hacia el norte otro hacia le sur
para memoria para olvido
y todo el mundo tuvo agua

pero sim simmons no:
miraba para abajo
ya merecido o muerto o triste
sin árboles sin árboles

Juan Gelman. Los poemas de Sidney West.

lunes, 2 de febrero de 2009

La destrucción de la idea de sí

Has venido, pues, a esta casa para destruir.
¿Qué has destruido en mí?
Has destruido, simplemente
–con toda mi vida pasada-
la idea que he tenido siempre de mi mismo.
Si hace mucho tiempo, pues,
que he asumido la forma que debía asumir
y mi figura era, en cierto modo, prefecta,
¿qué me queda, ahora?
Nada veo que pueda reintegrarme
a mi identidad. Te miro: no me oyes
con imparcialidad –porque no te divides en partes–
sino con sumisión –porque te das integro a cada uno.
Sin embargo, ¿cómo puede ser tan dura tu presencia consoladora
al extremo de manifestar casi una clara voluntad de desapego?
¿De que sirve consolarme si tú, queriéndolo,
podrías demorar, quizá para siempre,
tu partida? Pero has de partir:
acerca de esto no hay la menor duda.
Tu piedad está, pues, subordinada
a algún otro designio misterioso.
¿Acaso quieres decirme (sin hablar, simplemente
a través del hecho de que eres un muchacho)
que podrías ser reemplazado, ya sea
por mi hijo o por mi hija?
Propuesta totalmente insensata (preordenada,
acaso, por alguna oscura voluntad mía)
y sin embargo justa si, aunque realizada
(el miembro desnudo de mi hijo, la vulva desnuda de mi hija),
sólo fuera el símbolo: y si a través de ella
me exhortabas a la perdición más total,
a desquiciar la vida de sí misma,
a mantenerla de una vez por todas
fuera del orden y del mañana,
haciendo de todo esto la única normalidad real.
¿Quizá porque quien te ha amado debe
(como el resto de todos los hombres, quién no lo sabe)
poder reconocer a toda costa la vida,
en cada momento? ¿Reconocerla y no tan sólo
conocerla, o apenas vivirla?
¿Soy –dices generosamente, empleando mi trivial
lenguaje burgués–
las excepciones más impensables,
más intolerables, más alejadas de la posibilidad
de ser concebidas y nombradas,
las que se presentan como los medios más eficaces
para reconocer la vida?
¿Excepciones que, sin embargo,
no pueden ser sino símbolos
–si en la realidad, como toda cosa real,
están hechas de nada y destinadas a nada?

De Pier Paolo Pasolini. Teorema.

viernes, 23 de enero de 2009

La última conversación de Álvaro de Campos y Fernando Pessoa

Después empecé a querer descifrar la realidad, como si la realidad fuera descifrable, y llegó la desazón. Y con la desazón el nihilismo, después ya no he creido en nada, ni siquiera en mí mismo. Y hoy estoy aquí, en la cabecera de tu cama, como un trapo inútil, he hecho las maletas para ir a ninguna parte, y mi corazón es un recipiente vacío.

De Antonio Tabucchi. Los últimos días de Fernando Pessoa.

miércoles, 21 de enero de 2009

A los poetas de hoy

Decididamente intempestivo
Me dirijo a aquellos que creen saber
Algo distinto de los otros.
Aquellos que creen en sus
Especulaciones de piel y navajas,
En esos aromas miserables al pie
De los cipreses en la tarde callando.
A ellos que creen que lo saben
Que lo dicen en palabras turbulentas
Con acentos pragmáticos y agnósticos
…Pero es lo que ellos creen.
Y aunque no esta demás decirlo
A mi no me convencen
Aunque les aplaudo su cantata ebria
Mientras veo ponerse el sol
Allá al otro lado de la melodía.

jueves, 15 de enero de 2009

El breve recinto de la luz.

El instante

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
De espadas que los tártaros soñaron,
Dónde los fuertes muros que allanaron,
Dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
Erige el tiempo. Sucesión y engaño
Es la rutina del reloj. El año
No es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
De agonías, de luces, de cuidados;
El rostro que se mira en los gastados
Espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro cielo no esperes, ni otro infierno.

De Jorge Luis Borges. El otro el mismo.

miércoles, 14 de enero de 2009

Es inútil

Con hambre quedará si en esto queda...
Juan Boscán

Cada beso que doy, como un zarpazo
en el vacío, es carne olfateada
de Dios, hambre de dios, sed abrasada
en la trenzada hoguera de un abrazo.

Me pego a ti, me tiendo en tu regazo
como un náufrago atroz que gime y nada,
trago trozos de mar y agua rosada:
senos las olas son, suave el bandazo.

Se te quiebran los ojos y la vida.
Lloras sangre de Dios por una herida
que hace nacer, para el amor, la muerte.

¡Y es inútil pensar que nos unimos!
¡Es locura creer que pueda verte,
oh dios, abriendo, entre la sombra, limos!

De Blas de Otero.

miércoles, 7 de enero de 2009

Breve ensayo sobre la palabra.

Yo he visto a la palabra florecer
Sobre la llanura del silencio.
Le he visto girando sobre si misma
Aparecer y desaparecer en el instante
Con el temblor de unos labios
Intentando atrapar en su eco
A la espesura de la realidad.

Sólo las palabras

Ahora sólo tengo las palabras
Pero son tan distantes
Tan distintas de la vida
Son tan improbables sus latidos.
Pero sólo tengo las palabras
Con las que ahora nombro el dolor
Un dolor que de verdad siento.
Pero es tan ajena la forma
Con que duele ese sonido.
Pero sólo quedan las palabras
Lo demás es del silencio.