lunes, 28 de julio de 2008

El turista.

Ya no está la noche del ángel
donde yo era un gato arañando la piel
del universo,
ni el grito brutal del camionero,
ni el silbido del peleador,
ni el ministro de los odios.
Todo lo que queda es este plan.
¿Para esto miles de botellas de licor
incendiaron mis entrañas?
¿O tantas veces acabaron y empezaron
mis orgasmos?
¿O se rieron mis risas?
¿Quién uso mis labios tantos años?
¿Y de que lloraron mis tontos llantos?
Todo, todo, todo:
los cuentos, los virus,
las galaxias, las drogas, los besos,
los libros.
Todo, todo, todo
para ver ahora estos árboles de video
con mis ojos de anteayer.

De Enrique Symns.

No hay comentarios: