¿Señor por que todo este dolor?
Dicen los otros
sobre las asoladas islas del averno,
señor donde esta el hogar que prometiste,
ya vagamos encendidos
por la fiebre de las tierras más odiadas,
entre mares oscuros
que se ocultan a la noche.
¿Señor por que todo este dolor
en la sangre de mi raza?,
ahora pregunto.
Ya el cansancio es nuestro pan
y la fe nos abandona
entre tempestades y horizonte.
Es tierra del fuego, dicen,
el fin del mundo
y los ojos cansados
no ven más que desierto.
Adonde hemos de partir ahora
que el rumbo se ha deshecho,
adonde parirán sus hijos las mujeres
si la sal ha penetrado el vientre.
No es este nuestro tiempo,
seria una respuesta
o acaso este el confín.
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