martes, 30 de septiembre de 2008

¿adonde te has ido?

En silencio.

En silencio me levanto.
Muerdo el pan de
cada día, en silencio.

Abro las ventanas
(hoy estuvo nublado)
y en silencio las cierro.

Cansado de nada
vuelvo al mismo lecho
y sueño, en silencio,
una vida inexistente.

Aire y luz y tiempo y espacio.

Ya sabes, yo tenía una familia, un trabajo,
algo siempre estaba
en mi camino,
pero ahora
vendí mi casa, encontré este
sitio, un estudio amplio,
deberías ver qué espacio y qué luz.
Por primera vez en mi vida voy a tener el lugar
y el tiempo para
crear.

No, hijo, si vas a crear
vas a crear trabajando
16 horas por día en una mina de carbón
o
vas a crear en un cuarto pequeño con 3 niños
mientras estás
sin trabajo,
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de
tu cuerpo
destrozados.
vas a crear ciego,
mutilado,
demente,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera se estremece en terremotos,
bombardeos,
inundaciones y fuego.

Hijo, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con esto
y no crean nada
más que, quizás, una vida más larga
para encontrar nuevas
excusas para no hacerlo.


De Charles Bukowski. (Gracias, ¡maldito cabrón!)

sábado, 13 de septiembre de 2008

Darío.

Ambos lo sabemos Darío,
las aguas hacen el surco,
la luz levanta a la sombra,
que pronto será ese día.

Volviendo a lo que dije.

Ordeno mi biblioteca, mi discoteca, mi hemeroteca,
dejo de fumar, de tomar, de escupir en el suelo,
sales para el aparato digestivo, para el páncreas,
y al hígado lo dejo entre su caja, limito sus funciones,
me acuesto y me levanto como un gallo
en un país solar, gimnasia cada día,
y pienso en todo el mundo, nunca en mí.
(¿Ante quién te disculpas, pelotudo?)

De Antonio Cisneros.

martes, 9 de septiembre de 2008

La Secta del Cuchillo.

El Tango.

¿Dónde estarán? pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavía.

¿Dónde estará (repito) el malevaje
que fundo en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblacion
esla secta del cuchillo y del coraje?

¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?

Los busco en su leyenda, en la postrera
brasa que, a modo de una vaga rosa,
guarda algo de esa chusma valerosa
de los Corrales y de Balvanera.

¿Qué oscuros callejones o que yermo
del otro mundo habitará la dura
sombra de aquel que era una sombra oscura,
Muraña, ese cuchillo de Palermo?

¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
se apiaden) que en un puente de la vía,
mato a su hermano el Ñato, que debía
más muertes que él, y así asi igualo los tantos?

Una mitología de puñales
lentamente se anula en el olvido;
una canción de gesta se ha perdido
en sórdidas noticias policiales.

Hay otra brasa, otra candente rosa
de la ceniza que los guarda enteros;
ahi estan los soberbios cuchilleros
y el peso de la daga silenciosa.

Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el Tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.

En la música están, en el cordaje
de la lenta guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
la fiesta y la inocencia del coraje.

Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda,

en un instante que hoy emerge aislado,
sin antes ni después, contra el olvido,
y que tiene el sabor de lo perdido,
de lo perdido y lo recuperado.

En los acordes hay antiguas cosas:
El otro patio y la entrevista parra.
(Detrás de las paredes recelosas
el Sur guarda un puñal y una guitarra.)

Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía,

que sólo es tiempo. El tango crea un turbio
pasado irreal que de algún modo es cierto,
el recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una esquina del suburbio.

De Jorge Luis Borges. "El Otro El mismo".