Busco en la espesura de los días
el contacto de aquello
que completa lo extraviado,
una señal que semejante al silencio
indique el itinerario de la vida.
Algo real,
algo cierto -me digo-
no la agonía de un tiempo de fantasmas,
no el cuenco vacío de las palabras
que levantan tempestades
en el corazón de los hombres y
enceguecen con la descripción de la idea
de un mundo a la deriva.
Algo real,
algo cierto necesito,
no el amor
que agota en mi toda su miseria.
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