jueves, 8 de noviembre de 2007

A UN POETA FUTURO

No conozco a los hombres. Años llevo
De buscarles y huirles sin remedio.
¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo
Demasiado? Antes que en estas formas
Evidentes, de brusca carne y hueso,
úbitamente rotas por un resorte débil
Si alguien apasionado les allega,
Muertos en la leyenda les comprendo
Mejor. Y regreso de ellos a los vivos,
Fortalecido amigo solitario,
Como quien va del manantial latente
Al río que sin pulso desemboca.

No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan
Desde la fuente al mar, en ocio atareado.
Llenos de su importancia, bien fabril o agrícola;
La fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple,
El multiforme mar, incierto y sempiterno.
Como en fuente lejana, en el futuro
Duermen las formas posibles de la vida
En un sueño sin sueños, nulas e inconscientes,
Prontas a reflejar la idea de los dioses.
Y entre los seres que serán un día
Sueñas tu sueño, mi imposible amigo.

No comprendo a los hombres. Mas algo en mí responde
Que te comprendería, lo mismo que comprendo
Los animales, las hojas y las piedras,
Compañeros de siempre silenciosos y fieles.
Todo es cuestión de tiempo en esta vida,
Un tiempo cuyo ritmo no se acuerda,
Por largo y vasto, al otro pobre ritmo
De nuestro tiempo humano corto y débil.
Si el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses
Fuera uno, esta nota que en mí inaugura el ritmo,
Unida con la tuya se acordaría en cadencia,
No callando sin eco entre el mudo auditorio.

Mas no me cuido de ser desconocido
En medio de estos cuerpos casi contemporáneos,
Vivos de modo diferente al de mi cuerpo
De tierra loca que pugna por ser ala
Y alcanzar aquel muro del espacio
Separando mis años de los tuyos futuros.
Sólo quiero mi brazo sobre otro brazo amigo,
Que otros ojos compartan lo que miran los míos.
Aunque tú no sabrás con cuánto amor hoy busco
Por ese abismo blanco del tiempo venidero
La sombra de tu alma, para aprender de ella
A ordenar mi pasión según nueva medida.

Ahora, cuando me catalogan ya los hombres
Bajo sus clasificaciones y sus fechas,
Disgusto a unos por frío y a los otros por raro,
Y en mi temblor humano hallan reminiscencias
Muertas. Nunca han de comprender que si mi lengua
El mundo cantó un día, fue amor quien la inspiraba.
Yo no podré decirte cuánto llevo luchando
Para que mi palabra no se muera
Silenciosa conmigo, y vaya como un eco
A ti, como tormenta que ha pasado
Y un son vago recuerda por el aire tranquilo.

Tú no conocerás cómo domo mi miedo
Para hacer de mi voz mi valentía,
Dando al olvido inútiles desastres
Que pululan en torno y pisotean
Nuestra vida con estúpido gozo,
La vida que serás y que yo casi he sido.
Porque presiento en este alejamiento humano
Cuan míos habrán de ser los hombres venideros,
Cómo esta soledad será poblada un día.
Aunque sin mí, de camaradas puros a tu imagen.
Si renuncio a la vida es para hallarla luego
Conforme a mi deseo, en tu memoria.

Cuando en hora tardía, aún leyendo
Bajo la lámpara luego me interrumpo
Para escuchar la lluvia, pesada tal borracho
Que orina en la tiniebla helada de la calle,
Algo débil en mí susurra entonces:
Los elementos libres que aprisiona mi cuerpo
¿Fueron sobre la tierra convocados
Por esto sólo? ¿Hay más? Y si lo hay ¿adonde
Hallarlo? No conozco otro mundo si no es éste,
Y sin ti es triste a veces. Ámame con nostalgia,
Como a una sombra, como yo he amado
La verdad del poeta bajo nombres ya idos.

Cuando en días venideros, libre el hombre
Del mundo primitivo a que hemos vuelto
De tiniebla y de horror, lleve el destino
Tu mano hacia el volumen donde yazcan
Olvidados mis versos, y lo abras,
Yo sé que sentirás mi voz llegarte,
No de la letra vieja, mas del fondo
Vivo en tu entraña, con un afán sin nombre
Que tú dominarás. Escúchame y comprende.
En sus limbos mi alma quizá recuerde algo,
Y entonces en ti mismo mis sueños y deseos
Tendrán razón al fin, y habré vivido

de Luis Cernuda.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Sé paciente.

Sé paciente, pues el lobo esta siempre contigo.
Escucha, tonto, el sonido de tu deseo;
¡No te equivoques! No es el mar.
El lobo es locura pero la luna es luz.
Dios terminará por salir de tanta ignorancia,
Y no como de una caja de sorpresas sino en forma de árbol.
Que el delirio vuelve en padre lloroso.
Los desastres de la noche todos tienen su función trágica,
Media cara de Dios busca la otra mitad de su cara.
Y el encontrará tu genio en la oscuridad
Y lo devolverá sin fiador.

Sé paciente, pues el lobo perpetuamente está contigo,
Feo y malvado y sin embargo divino.
Olvida el sonido del mar
El mar insolente frunciendo sus labios todo el día,
Estridente como fábricas de romper vidrio.
Olvida el liso mar invendimiable
Pues los que beben sus profundidades son los ahogados.
La negra nieve está apilada bajo el reloj
Donde citas rotas encuentran a corazones rotos a tiempo.
Este es un mundo de inútiles misterios.
Sé paciente, pues hay mucho mucho mucho que es paciente.

Sé paciente, pues el lobo es paciente,
Y su menuda sombra se ha detenido aquí.
Los prados esperan a los arcoiris para decir “Dios”.
Las sombras te esperan para decir la palabra,
Dos almohadas miran al amor salvar al mundo.
A la luz de la luna un carguero da vueltas a un ancla sucio.
La cédula espera: el barco bloqueado por el hielo en el fiordo.
El ángel espera: su corazón una mano doliente
Que te arranca de nosotros hacia el país de la tarde.
No hay buitres en él sino cosas que se hacen,
Ni tampoco lobo ni miedo al diluvio.

Sé paciente porque el lobo es paciente.
El petirrojo espera compensación de la noche,
La golondrina anhela que el otoño diga “ahora”,
Y Eco un Héroe que no responda “no”.
Sólo la campana que sigue no espera
Galopando con rostro de madre a través de los campos
Para limarte hasta el hueso con el replicar brutal.
Al comienzo del infierno, en medio
Del bosque, titubea la imagen entre madre y mar,
No prestes atención ni a la campana ni al viejo mar,
Sino que al bondadoso lobo querido presta lealtad.

Sé paciente, a causa del lobo, sé paciente:
Los ruidos y pesares de la noche todos tienen su función.
Encontrarás la cueva con calor de sangre y descansarás al fin;
Las sombras te esperan para decir la palabra.
Ahora escucha tu astuto paso blando.
Sé paciente, a causa del lobo sé paciente-
Su paso es el tuyo ahora, eres libre, no teniendo nada.

De Malcolm Lowry.